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El Reglamento Europeo 650/2012 de Sucesiones Internacionales brinda la opción de que el testador elija la legislación aplicable a su sucesión. Asimismo, el pago de impuestos requiere considerar la ubicación de los bienes y la residencia de los herederos.
«En ocasiones, los legítimos herederos desconocen su situación, lo que les impide disfrutar de un patrimonio que, a su vez, conlleva considerables pérdidas tributarias», señala Uri Geigle, socio fundador de DAUSS Abogados.
España presencia la pérdida anual de cerca de 100 millones de euros debido a herencias sin herederos conocidos, según estimaciones de Coutot Roehrig Iberia. Este problema afecta anualmente a miles de legítimos herederos que, por desconocimiento y especialmente en casos que involucran a ciudadanos extranjeros, pierden dinero o patrimonio que les pertenece.
En ciertos casos, la movilidad internacional debilita los vínculos familiares. «A menudo, los legítimos herederos no tienen conciencia de su condición, lo que les impide disfrutar de un patrimonio que, además, genera elevadas pérdidas tributarias», explica Uri Geigle, socio fundador de DAUSS Abogados. Solo en España, el dinero perdido por herencias no otorgadas representa pérdidas para Hacienda de hasta 20 millones de euros.
Concretamente, en España fallecieron aproximadamente 17.600 extranjeros en 2021, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), mientras que en ese mismo año, se registraron más de 5.200 defunciones de españoles fuera de nuestras fronteras. «Detrás de estas cifras hay personas que dejan tras de sí una herencia que debe tramitarse, lo que no siempre resulta sencillo», comenta el abogado.
La complejidad radica en las diferencias normativas entre los países que determinan la nacionalidad y residencia del fallecido, así como en los países donde se encuentran los bienes y donde residen los herederos. «Tramitar una herencia con elementos extranjeros abre un sinfín de supuestos», recuerda Geigle.
Planificación estratégica
El experto de DAUSS Abogados subraya que «es crucial analizar previamente cómo gestionar nuestro patrimonio para facilitar al máximo el proceso a nuestros futuros herederos».
En este sentido, el Reglamento Europeo 650/2012 de Sucesiones Internacionales establece por defecto como ley aplicable la del país donde reside habitualmente el fallecido. Sin embargo, permite que éste elija la de su país de origen, aunque «para que su voluntad surta efecto, debe constar en una disposición mortis causa, como un testamento», afirma Geigle.
Antes de acudir al notario para formalizarlo, es esencial conocer todos los detalles de la ley, ya que «cada país dictamina, por ejemplo, quiénes tienen derecho a heredar o quiénes no, por lo que es imprescindible obtener un buen asesoramiento».
En cualquier caso, Geigle recomienda «otorgar el testamento en el país donde residan efectivamente los herederos, sin buscar reducir los impuestos a pagar». Del mismo modo, en el caso de herencias de extranjeros residentes en España, el abogado sugiere evaluar la conveniencia de constituir una sociedad familiar.
Tributación sucesoria
Más allá de aspectos como el orden sucesorio, la distribución de la legítima o los responsables de liquidar posibles deudas pendientes, el régimen fiscal aplicable a las herencias internacionales también suscita interrogantes. «Si los herederos residen en España, tributarán por el Impuesto de Sucesiones y Donaciones español, aunque parte del patrimonio heredado no esté localizado en nuestro país», informan desde DAUSS Abogados.
Por otro lado, «tanto si el fallecido residiera en un país dentro de la UE como si residiera fuera de la UE, los herederos podrán acogerse a las bonificaciones de la comunidad autónoma en la que vivan», comenta Geigle. Asimismo, cuando el heredero no resida en España, también se tributará por el impuesto español, pero únicamente por los bienes situados dentro de nuestras fronteras.
En resumen, la planificación de sucesiones internacionales es fundamental para evitar pérdidas económicas y garantizar que los legítimos herederos reciban el patrimonio que les corresponde. La consulta de expertos en el campo y el conocimiento de las leyes aplicables en cada situación son aspectos clave para facilitar el proceso sucesorio y asegurar una transición más ágil y eficiente de los bienes heredados.